Se refiere a la preocupación excesiva prolongada (por más de seis meses). Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.
Los síntomas son:
- Inquietud o impaciencia
- Fatigabilidad fácil
- Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
- Irritabilidad
- Tensión muscular
- Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador)